Retablo del Calvario (1476)

RODRIGO DE OSONA

Retablo del Calvario (1476)

RODRIGO DE OSONA

Rodrigo de Osona es considerado por la historiografía el primer representante del Renacimiento en Valencia y el Retablo del Calvario que se conserva en San Nicolás, una de sus grandes obras.
Encargada en 1476 por Joan de Albarrazí, prevere e vicari de la ecclesia parroquial de mossenyer sent Nicolau, según indica el propio contrato de la obra, podemos hallarla actualmente en la Capilla Bautismal.

Este mismo contrato, conservado en el Archivo del Reino de Valencia, ofrece información precisa sobre el encargo que realizó la Parroquia de San Nicolás al taller del pintor. La temática y los personajes serían: un Cristo crucificado con la Virgen, María Magdalena, profetas y judíos. El contenido de la predela debía ser: en el centro, la Virgen de Dolores; a los laterales, San Pedro, San Pablo, el Ángel Custodio y Santa Ana, Santa María y el Niño. En el guardapolvo (que no se ha conservado), se representarían los santos titulares de la Parroquia, San Nicolás y San Pedro Mártir.

Para comprender mejor esta obra, debemos aventurarnos en el panorama artístico de Valencia durante el último tercio del siglo XV.
La producción pictórica renacentista se orienta en este tiempo hacia dos vertientes: una italiana y otra flamenca. Ni la pintura flamenca ni la italiana eran desconocidas en los talleres valencianos.

Por un lado, por la llegada de los pintores Gherardo Starnina, Francesco Pagano y Paolo de San Leocadio o la estancia en Italia de pintores valencianos como Jacomart, además de las relaciones comerciales entre el Reino de Valencia y las repúblicas italianas, fuente de intercambio artístico.

Por otro, por la presencia evidente de pintores provenientes de Flandes, incluso la formación directa de Lluís Dalmau por encargo del rey Alfonso el Magnánimo.
A esto se suma la importancia de los grabados que difundían la realidad pictórica de la época en Europa.

Rodrigo de Osona bebe de todas estas fuentes, que se manifiestan en la obra del Calvario, además de la influencia (recíproca) de Bartolomé Bermejo.
Así pues, el centro de la composición lo forma el crucificado, con dos bloques figurativos, casi antagónicos, a izquierda y derecha.

En el primero se representa a la Virgen, María de Cleofás, María de Salomé, María Magdalena; con la figura de San Juan en un rictus trágico sosteniendo en brazos a la Virgen.

En el segundo se representa el grupo masculino, hebreos y profetas. Estos destacan por el lujo extremo de sus ropajes. Constituyen un anacronismo al ir vestidos según la moda de la época.

Los modelos del bloque femenino beben directamente de modelos hispanos, aunque con influencias italianas, mientras que los dos grupos del bloque masculino tienen una importante impronta flamenca. Llama la atención el tratamiento del rostro y el tocado de uno de los personajes masculinos, inspirado directamente en un grabado del Gran Turco realizado por Pollaiuolo.

Mención destacada merece el paisaje de inspiración claramente flamenca. Son modelos difundidos gracias a las estampas. Osona recurre al uso de ciudades fortificadas de apariencia flamenca y la representación del mar con barcos navegando, que gozó de gran éxito en los talleres valencianos.

Sobre la predela resulta de interés un recurso moderno de origen italiano: los relieves mitológicos en grisalla que dotan de unidad y monumentalidad al conjunto de imágenes representadas.

Osona y el Retablo del Calvario representan la síntesis de las influencias pictóricas que tuvieron lugar en Valencia a finales del siglo XV.
Esta obra fue restaurada por el Museo del Prado en 1993.

Bibliografía:

FALOMIR FAUS, Miguel, A propósito del calvario de Rodrigo de Osona, en AA. VV. Archivo español de Arte, Madrid, 1994.

COMPANY, Ximo, El Món dels Osona, ca. 1460-ca. 1540, Valencia, 1996. Museo Nacional del Prado, Catálogo de las pinturas, Museo del Prado, Madrid, 1985.

Obra destacada

Retablo del Calvario (1476). Rodrigo de Osona

EL CONTENIDO DE
LA PREDELA DEBÍA SER:


En el centro, la Virgen de
Dolores; a los laterales, San
Pedro, San Pablo, el Ángel
Custodio y Santa Ana,
Santa María y el Niño. En el
guardapolvo (que no se ha
conservado), se representarían
los santos titulares de la
Parroquia, San Nicolás y San
Pedro Mártir. Para comprender
mejor esta obra, debemos
aventurarnos en el panorama
artístico de Valencia durante el
último tercio del siglo XV.